Esmeralda Gálvez es uno de los rostros que el nuevo copago de la Conselleria de Bienestar Social a los discapacitados ha sacado a la luz. El testimonio de esta joven de Betxí, que sufre una minusvalía severa, no deja indiferente. Su madre es la única de su familia que trabaja, ya que su padre está en paro y su hermano pequeño padece síndrome de Down. Su capacidad para comunicarse es limitada pero saca fuerzas para relatar que cobra una pensión de solo 400 euros, de los cuales deberá abonar por el servicio de residencia 375 euros.
“Solo me van a quedar 25 euros para poder vivir. Se supone que con ese dinero tengo que comprar las medicinas, que me cuestan mucho dinero. Pido que lo quiten”, cuenta a Mediterráneo, momentos después de presentar un recurso de alzada contra el copago en la delegación territorial de la Conselleria de Bienestar Social en Castellón. ( LEER MAS)
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