Un juez reconoce el derecho de un niño con TEA a permanecer escolarizado en su centro ordinario con los apoyos especializados que necesite
La
familia de Cristian está satisfecha, pero la herida aún les duele.
La herida del aislamiento, de la crítica, de la incomprensión, del
«machaque». La herida se abrió cuando
el colegio al que acudía su hijo Cristian (el CEIP Reyes Católicos
de Silla) le negó la entrada al colegio porque carecía de recursos
y
medios para atender a este niño
de 5 años, diagnosticado de Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La
Conselleria de Educación le ofreció plaza en un aula CYL (aulas
experimentales de Comunicación y Lenguaje) en otro colegio y ante la
negativa de la familia, le asignó una
plaza en un Centro de Educación Especial a casi 30 kilómetros de su
domicilio. LEER MAS
Me alegro muchisimo
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