"La cohesión social está en peligro. Las familias ya no pueden aguantar el peso de la crisis". Con esta denuncia del presidente de la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, José Manuel Ramírez, la organización entregó ayer a la Comisión de Justicia del Congreso su propuesta para que la quiebra no castigue siempre a los más indefensos.
La asociación ya ha planteado al Gobierno trasladar el modelo de protección jurídica de las empresas a las familias. "En el resto de países de la OCDE hay fórmulas para tratar la quiebra de las familias. Un profesional media entre estas y sus acreedores", defendió Luis Barriga, miembro de la asociación. Los trabajadores sociales cuentan con los conocimientos y experiencia para hacerlo. Sólo si esta fase falla, se acudiría a los tribunales.
La experiencia en otros países, explicaron, muestra que "de tres a cinco años", muchas familias consiguen salir del hoyo. Embargarles la casa, los bienes y deshauciarles sólo empeora la situación, denunciaron. "Lo que el Estado no gaste ahora en protección social, lo gastará en seguridad ciudadana", advirtió Ramírez. Porque empujar a la gente a la calle, a la pobreza, no tiene vuelta atrás. Salir de la exclusión es muy difícil. Una de cada cinco personas corre este riesgo en España.
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